Ansiedad:Sintomas Fisicos II

La combinación Ansiedad: Síntomas Físicos, es la más frecuente, aunque nos resistimos a aceptar que un trastorno mental pueda producir síntomas físicos.

Ansiedad Sintomas Fisicos II 01
La ansiedad es una reacción emocional, es una respuesta de nuestro cerebro para protegernos ante situaciones en las que percibimos que existe un peligro que nos amenaza. La ansiedad es así un sistema beneficioso que está presente en mayor o menor medida en todos los seres humanos.Hablamos de trastorno de ansiedad cuando esta reacción se produce ante situaciones que aparentemente no entrañan peligro o cuando el nivel en que se muestra es exagerado.

Como ya estuvimos analizando en nuestro artículo Ansiedad:Sintomas, la cantidad de síntomas que lleva asociado este trastorno es muy grande, mostrando síntomas cognitivos (nuestra manera de pensar), sintomas conductuales (nuestra manera de actuar) y/o síntomas físicos (sensaciones físicas).

En nuestro anterior artículo Ansiedad: Sintomas Fïsicos nos centramos en este último grupo de síntomas. En este artículo pusimos de manifiesto que, por difícil que pueda ser el asimilar que un trastorno emocional pueda producir síntomas físicos, estos son los más frecuentes y, además, normalmente acompañados de dolor.

Aquellos que hemos padecido o padecemos de trastorno de ansiedad sabemos de qué estamos hablando. La sintomatología física es real, muy real y, lamentablemente, desagradable y fecuentemente dolorosa. Hablamos de un dolor real, un dolor como el que se produce cuando tienes una contusión (un golpe), pero sin golpe, luego algo no cuadra en nuestra manera de razonar y resulta difícil de asimilar.

A esta dificultad tendremos que añadirle el que el trastorno de ansiedad afecta a nuestro sistema de neurotransmisores haciéndonos más sensibles a la percepción del dolor y tendremos el sentimiento más común en las personas con trastorno de ansiedad: Puede que la ansiedad genere síntomas físicos, pero mi caso es peor. En mi caso se ha producido un error de diagnóstico y lo que yo padezco es "un mal malo". ¿Les suena?. Lamentablemente a nosotros sí.

Ante esta situación tendremos que reconocer tres cosas:

  • Los médicos no son dioses y, por tanto, se equivocan en sus diagnósticos.
    Esta es una realidad humana. Nadie es infalible. Pero tampoco podemos negar que sus años de formación y la realización de pruebas avanzadas para descartar otro tipo de enfermedades les dan muchas más opciones de acertar que de fallar. Máxime cuando distintos especialistas han coincidido en el mismo diagnóstico.

  • Nosotros no somos médicos.
    Siempre resulta sorprendente cuando somos nosotros quienes nos autodiagnosticamos una enfermedad  (casi siempre peor que la que indica el médico). Tendremos que reconocer que con nuestra casi nula formación médica, si acertáramos sería poco menos que casualidad.

  • No sabemos lo que puedan estar sufriendo los demás.

Partiendo de estas premisas deberemos entender que, pese a que pensemos que lo nuestro es peor que lo que están sufriendo los demás, lo más probable es que nuestro sufrimiento físico responda a los síntomas físicos del trastorno que nos han diagnosticado: el trastorno de ansiedad.

Sintomas Fisicos y explicación


Nos subimos al autobús y sufrimos un aumento de nuestro nivel de ansiedad. Notamos una presión en el pecho, nos asustamos, se acelera el pulso, nos asustamos aún mas, estallamos en sudor. No hay duda: no estamos ante una crisis de ansiedad, lo que estamos padeciendo es un ataque al corazón.... Pues va a ser que no. No sabemos muy bien cómo ni gracias a qué, milagrosamente nos salvamos y continuamos un día más.

Ansiedad Sintomas Fisicos II 02
Sentimos si alguien piensa que estamos tratando el tema con frivolidad, no es nuestra intención el herir a nadie. Estamos exponiendo un caso real que, lamentablemente, hemos vivido muchos de los que tenemos trastorno de ansiedad. Un episodio del que - normalmente - no extraemos la lectura correcta: Si realmente hubiéramos padecido un ataque al corazón, no es probable que hubiéramos sobrevivido y, si fuera este nuestro trastorno, no se presentaría sólo en situaciones que nos incomodan.

Con esta introducción queremos poner de manifiesto que existen otras lecturas a nuestros síntomas físicos y que estas no son tan catastróficas y sí mucho más probables:


Síntoma Causa más probable
Taquicardia (corazón rápido), palpitaciones Estamos en una situación que percibimos peligro, nuestro corazón debe trabajar con más fuerza y hacerlo más rápido para poder enviar la sangre necesaria a las zonas donde haga más falta.
Mareos La acumulación de tensión de cervicales, la cual disminuye la cantidad de sangre que llega a la cabeza.
Si no hay tensión cervical, también puede ser el resultado de la hiperventilación
(Aunque es lo que más se teme, no suele producir desmayo).
Sensación de falta de aire Estamos hiperventilando, estamos oxigenando demasiado la sangre al pensar que nos falta (Lo que nos está ocurriendo es justo lo contrario a la sensación de asfixia)
Pérdida de sensibilidad y/o hormigueo en las extremidades. Suele estar causado por un menor riego sanguíneo en las extremidades. Suele estar relacionado con la tensión cervical.
Opresión, dolor, pinchazos en el pecho. Tensión acumulada en músculos intercostales y mayor ejercicio del corazón para suministrar sangre. Contracturas dorsales.
Temblor Exceso de tensión muscular.
Nauseas, sensación de vomito inminente, molestias abdominales. Estimulación nerviosa del sistema vegetativo y del centro del vómito.
Dificultad para pensar La ansiedad como sistema emocional reduce la manera de pensar de manera reflexiva para pasar al modo "automático" (en el que actuamos para defendernos rápidamente, sin reflexión). Es una dificultad transitoria que desaparece al dejar de percibir el peligro.
Cuando, de manera consciente o inconsciente, tenemos nuestra mente ocupada con algún tema obsesivo, nuestra capacidad de razonar se limita pues estamos ocupando la capacidad en el otro pensamiento.
Sensación de perder el control y/o volverse loco. Consecuencia directa de la ansiedad como sistema automático de defensa; cuerpo y mente se comportan como lo harían ante un peligro real: de manera automática, esto es el cuerpo manda sobre la mente produciendo la sensación de no tener el control.
No tiene nade que ver con los que llamamos locura, esto es: la falta de contacto con la realidad.
Ver “lucecitas”, percibir las cosas de forma extraña, , etc. Disminución de la cantidad de oxigeno en ciertas zonas del cerebro.
La dilatación de las pupilas aumenta la visión periférica y facilita la percepción de posibles peligros, aunque es una manera de ver a la que no estamos acostumbrados.
Cualquier sensación interna temida. La ansiedad produce una mayor sensibilidad del sistema neurotransmisor unido al focalizar de la atención en algún punto de nuestro cuerpo, produce un efecto de aumento de las sensaciones.

Puesto que la ansiedad es una respuesta emocional y suele afectar a nuestra manera de razonar, intentar que sea nuestra mente quien gobierne la situación en el momento de la crisis puede ser una misión muy difícil. Para tener mayores probabilidades de éxito de curar la ansiedad deberemos seguir una técnica distinta:

  • En en momento de la crisis apuntar en un papel qué pensamientos nos han aparecido y en qué situación se ha producido.
  • Pasado un tiempo, cuando hayamos recuperado la calma o reducido la intensidad de la ansiedad, deberemos reflexionar de manera más objetiva sobre qué produjo la crisis y a qué respondían los síntomas.

Con el entrenamiento conseguiremos que, ante una situación similar, nuestro cuerpo automatice que los síntomas responden a la ansiedad y no se autoalimente incrementándose cada vez más.